Comprende los síntomas, causas y diagnóstico de la ludopatía

La ludopatía, al igual que muchas otras adicciones, suele ser objeto de una gran incomprensión. La mayoría de la gente tacha a los ludópatas de avariciosos, holgazanes o ingenuos. Sin embargo, los prejuicios de este tipo no hacen ningún bien a los que padecen este problema, solo sirven para estigmatizar aún más a los afectados y aislarlos de la sociedad, lo que puede suponer un auténtico obstáculo para que obtengan la ayuda que necesitan.

He escrito este artículo con el objetivo de informar y educar sobre la auténtica naturaleza de la adicción al juego. Espero que cuando lo hayas leído puedas comprender, aceptar y gestionar los hábitos de juego problemático.

1. ¿Qué es la ludopatía?

La ludopatía es la necesidad irreprimible de jugar y de hacerlo durante el máximo tiempo posible. La gente que sufre adicción sigue jugando a pesar de las consecuencias negativas, incluso cuando es consciente de sus hábitos destructivos.

Esto se debe a que la adicción al juego es como cualquier otra adicción. Los jugadores sienten un refuerzo positivo cuando juegan porque su cerebro libera una serie de sustancias químicas como la serotonina, la dopamina y la noradrenalina que los hace sentir bien. Estas sustancias químicas provocan una reacción conocida como el "subidón del jugador", muy parecida a la euforia que se apodera de la gente que consume drogas o alcohol. Los jugadores se acostumbran a este subidón y se enganchan a esta sensación. De hecho, pueden llegar a sentir un síndrome de abstinencia similar al que provoca el consumo de drogas.

De modo que, como has visto, la adicción al juego no es solo un problema de dinero, a pesar de lo que intenten hacerte creer algunas personas.

2. ¿Cómo se desarrolla la adicción al juego?

La adicción es un asunto complejo. No existe un único factor desencadenante responsable de esta y no podemos culpar al propio afectado de su problema. En realidad, la adicción es el resultado de la influencia combinada de factores espirituales, sociales, psicológicos y biológicos (lo que se conoce con el nombre de modelo de adicción biopsicosocial), con el elemento añadido del diseño del juego en el caso de la ludopatía.

La adicción al juego empieza de forma inadvertida, en la mayoría de los casos con unas cuantas partidas una noche que sales con los amigos. Pero estas primeras partidas en apariencia inofensivas ponen a prueba la capacidad de resistencia de una persona a la adicción al juego. Los juegos de casino están diseñados para provocar la máxima emoción posible con el objetivo de que el jugador gaste su dinero. La primera ganancia desencadena una sensación de euforia, mientras que la primera pérdida resulta devastadora.

A la larga, esas ganancias y pérdidas iniciales son las responsables de que la gente siga jugando una y otra vez. El ganador quiere revivir la emoción, mientras que el perdedor quiere intentarlo de nuevo para resarcirse. Es entonces cuando suele empezar la adicción al juego.

Gracias a la combinación del diseño de los juegos de casino y a un "error" de nuestros circuitos neuronales, nuestros cerebros se acostumbran a la liberación de la dopamina, serotonina y noradrenalina, que nos obligan a jugar de nuevo. Desde un punto de vista psicológico, empezamos a obsesionarnos con solucionar todos los problemas de nuestra vida con una única gran ganancia y con recuperar todo el dinero que hemos perdido.

A menos que el jugador sea refractario a este tipo de adicción o que emplee de forma consciente unas prácticas de juego seguro y herramientas de juego responsable, lo habitual es que empiece a cavar un hoyo cada vez más profundo.

Esto se debe a que la ludopatía es un ciclo maldito. Como tienes las probabilidades en contra, acabas perdiendo dinero, y esto te persigue para que intentes resarcirte. Sin embargo, al final lo único que consigues es perder aún más dinero. Poco a poco, pasas más tiempo jugando o pensando en jugar.

Todo esto puede llevarte a perder el contacto con tu familia y amigos, o a que te despidan del trabajo, lo que desemboca en un aumento de tus deudas. Te embarga la ansiedad, el miedo y la depresión. La única huida (o la única que tú ves) pasa por una gran ganancia, algo que nunca se produce. A menos que busques ayuda, permanecerás atrapado en este ciclo destructivo hasta que toques fondo.

3. Fases de la ludopatía

El doctor Robert L. Custer fue el primero que describió el proceso de desarrollo de la adicción al juego y que lo dividió en tres partes. Sentó las bases de unas categorías que todavía se utilizan.

  1. La fase ganadora se activa cuando el jugador consigue la primera ganancia y libera dopamina y serotonina, lo que lo impele a seguir jugando.
  2. La fase perdedora empieza en cuanto sufre la primera pérdida, que tan solo será la primera de muchas. A medida que el jugador pierde e intenta resarcirse, gasta más dinero, su salud mental empeora y se intensifica la desesperación.
  3. Esta fase de desesperación suele estar acompañada de ataques de ansiedad, desesperación y depresión. Por culpa de sus hábitos de juego, los jugadores acumulan deudas, pierden el trabajo y se aíslan de sus amigos y familia.

Custer también escribió sobre la espiral económica del ludópata y las fases de recuperación de la adicción al juego, que analizaremos en un artículo distinto. Sin embargo, hoy en día existen otros enfoques de la ludopatía aparte de la de Custer.

El ciclo de la ludopatía, como han mostrado importantes actores de la industria como GamCare, se reproduce de forma recurrente, en lugar de desarrollarse de forma lineal, como afirmó Custer. El ciclo ludópata consiste en:

  1. Un factor desencadenante que da pie a la sesión de juego tras un período de abstinencia. Puede adoptar diferentes formas: un pensamiento, una emoción, un sonido, etc. Estos factores desencadenantes no tienen por qué repetirse ya que una misma persona puede tener distintos.
  2. La necesidad irreprimible de volver a jugar cuando se produce un factor desencadenante. Esta se intensifica con el paso del tiempo y cada vez resulta más difícil ignorarla, hasta que el jugador acaba cediendo a la tentación.
  3. Un episodio de juego que se produce cuando el jugador sucumbe a sus necesidades. Puede ganar o perder.
  4. Tras el primer episodio suelen llegar más sesiones de juego. Si el jugador obtuvo una ganancia en el primer episodio, intentará ganar más. Si perdió dinero, intentará resarcirse.
  5. Al final, deja de jugar ya sea por falta de dinero o de tiempo. Sin embargo, esta situación no es siempre permanente. A medida que evoluciona la ludopatía, aumenta exponencialmente la probabilidad de que se repita el ciclo.

4. Tipos de ludópatas

Todo el mundo puede convertirse en ludópata. Sin embargo, algunas personas son más susceptibles de ceder a la adicción al juego al juego que otras. Los profesionales dividen a los ludópatas en tres tipos, basándose en el modelo biopsicosocial de las adicciones: jugadores vulnerables a nivel emocional, jugadores condicionados a nivel conductual y jugadores de base biológica. El tipo de jugador también nos permite saber cuál es el tratamiento más efectivo.

  1. Jugadores vulnerables a nivel emocional: juegan para evadirse de sus sentimientos negativos. Suelen padecer algún tipo de alteración emocional, han sufrido algún trauma en el pasado, no disponen de estrategias de afrontamiento y tienen problemas para establecer relaciones debido a su baja autoestima. Gracias a la terapia pueden abordar los problemas emocionales subyacentes, desarrollar mejores estrategias de afrontamiento y, con el tiempo, acabar recuperándose.
  2. Jugadores condicionados a nivel conductual: este tipo de jugador suele ser proclive a un comportamiento obsesivo, lo que lo lleva a repetir compulsivamente las mismas series de acciones. Son susceptibles a los desencadenantes ambientales y tienen problemas para controlar sus necesidades. Acostumbran a evolucionar muy favorablemente si se tratan con un profesional cualificado, que puede ayudarlos a dejar atrás sus hábitos compulsivos.
  3. Jugadores de base biológica: este tipo de jugador es esclavo de su "configuración genética". Actúan de forma impulsiva y sienten una necesidad de estimulación constante. En este caso el mejor tratamiento pasa por una combinación de medicación y terapia.

5. Síntomas y señales de la ludopatía

Como ya he dicho en varios de mis artículos, la adicción al juego afecta a todos los aspectos vitales del ludópata. Estas consecuencias negativas sirven como señales y síntomas de la ludopatía. En aras de una mayor cohesión, he creado la siguiente lista, en la que clasifico las señales en función de la parte de la vida del jugador a la que afectan.

1. Querer dejar de jugar y tener remordimientos después de jugar

Nadie se siente bien cuando pierde dinero. Todos lo sabemos. Pero por muy mal que se sienta el ludópata al ceder a sus hábitos, por lo general no suele ser capaz de salir del círculo vicioso. Seguir participando en una actividad que te hace sentir mal es una señal clara de adicción.

2. Síntomas relacionados con el dinero

Ejemplos: perder grandes cantidades de dinero; intentar recuperar pérdidas; soñar con ganar un gran premio; pedir dinero para jugar, etc.

Cuando hablamos de adicción al juego, los primeros síntomas que nos vienen a la cabeza a la mayoría son los relacionados con el dinero. A menudo, el dinero es el principal motivo para jugar. Mucha gente empieza a jugar porque sueña con embolsarse un gran premio y llevar una vida regalada, o desea mejorar su propio nivel de vida y el de su familia.

Sin embargo, esos sueños y deseos son prácticamente imposibles de conseguir. Dada la naturaleza de los juegos de casino, los jugadores siempre se encuentran en situación de desventaja y, a la larga, acaban perdiendo dinero. Sin embargo, cuando se dan cuenta de ello ya es demasiado tarde.

A esas alturas, han empezado a intentar recuperar pérdidas y es muy probable que hayan desarrollado una adicción. Con el paso del tiempo, los problemas se multiplican: las deudas se acumulan y las familias a las que en un principio querían ayudar acaban sufriendo más.

3. Síntomas relacionados con el tiempo

Ejemplos: cada vez se dedica más tiempo a jugar; perder la noción del tiempo mientras se juega; dar prioridad al juego antes que a los estudios, el trabajo y actividades sociales.

A medida que evoluciona la adicción al juego, la actividad empieza a consumir más y más tiempo. Incluso cuando no juega, el adicto dedica gran parte del tiempo a pensar en el juego. Esta "afición" puede empezar a interferir en otras actividades que antes le provocaban más placer, como disfrutar de la familia o incluso el trabajo. En los casos más extremos, los jugadores se dedican únicamente a comer, dormir y jugar. Pero incluso el sueño y la alimentación pueden verse afectados.

4. Síntomas relacionados con el trabajo

Ejemplos: faltar al trabajo por culpa del juego; disminución de la eficiencia y concentración; pérdida de objetivos y ambiciones profesionales

Independientemente de que el ludópata sea trabajador por cuenta propia o ajena o posea su propio negocio, su carrera se ve afectada negativamente. Los empleados empiezan a faltar al trabajo para jugar. Los trabajadores por cuenta propia y los empresarios dejan de lado sus responsabilidades y ponen su carrera en peligro.

Las consecuencias y los síntomas relacionados con el trabajo no se limitan a la pérdida de tiempo. Aunque el jugador no dedique menos tiempo al trabajo, su eficiencia puede disminuir ya que solo piensa en jugar. En el peor de los casos, acaba perdiendo la motivación y las ambiciones no relacionadas con el juego.

5. Síntomas sociales

Ejemplos: deterioro de las relaciones; aislamiento social; mala reputación; mentiras sobre el juego.

La vida social del ludópata se ve afectada por culpa de sus malos hábitos. Los familiares, las parejas, las amistades y los compañeros de trabajo pueden acabar dejándolos de lado y arrastrarlos al aislamiento social. Además, si la adicción al juego sale a la luz, puede perjudicar a su reputación.

6. Síntomas psicológicos

Ejemplos: evasión de los problemas reales a través del juego; dejadez; temores; irritabilidad; insomnio; ansiedad; depresión; pensamientos autodestructivos y suicidas.

Como suele ser habitual en el caso de las adicciones, la adicción al juego provoca un gran sufrimiento psicológico a los afectados. La gente que padece estrés y problemas de salud mental pueden considerar el juego como una forma de evasión. Pero, en realidad, es un falso amigo. La emoción que se siente durante la sesión de juego se transforma en ansiedad, miedo y depresión en cuanto se acaba el dinero.

Si un ludópata deja de jugar, empieza a sufrir síndrome de abstinencia que incluye irritabilidad e insomnio. La combinación de estos síntomas puede provocar una crisis mental con pensamientos suicidas y tendencias autodestructivas.

6. Cómo diagnosticar a un ludópata

Como has visto, la adicción al juego no es un asunto baladí. Es un enemigo retorcido e implacable y, a menos que reciban la ayuda que necesitan, los afectados tienen pocas probabilidades de salir adelante por su cuenta.

Si crees que puedes padecer ludopatía, te recomiendo encarecidamente que busques ayuda profesional o que te pongas en contacto con una asociación de ayuda contra la ludopatía. Sin embargo, sé perfectamente que hay gente que no estará dispuesta a tomar estas medidas debido a una mera sospecha.

Por eso te recomiendo que hagas alguno de los exámenes de autoevaluación de ludopatía que hay en internet. El más habitual es el test de Jugadores Anónimos. Consiste en 20 preguntas sencillas de sí o no. Si responder afirmativamente a un mínimo de siete significa que puedes tener algunos hábitos de juego problemáticos. Cuantas más respuestas positivas marques, más graves serán tus síntomas.

Nota: el cuestionario de autoevaluación de Gambling Therapy, la herramienta de autoevaluación de Gamcare (en inglés) y la de GambleAware (también en inglés) tienen un funcionamiento muy similar y son un gran recurso si quieres obtener una segunda opinión antes de decidir cuál será el siguiente paso que vas a dar.

Si se confirman tus sospechas y averiguas que tú o alguien muy cercano sufre ludopatía, te recomiendo que busques ayuda cuanto antes. Lo peor que puedes hacer es quedarte de brazos cruzados, ya que ello no hará más que empeorar la situación.

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